En la actualidad, la formación de profesionales en Ciencias de la Salud exige modelos educativos que articulen teoría, práctica y tecnología, promoviendo la participación activa y el pensamiento crítico del estudiante. En este contexto, el modelo de aula inversa (flipped classroom) mediado por Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) se presenta como una herramienta pedagógica potente para transformar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Este trabajo relata la experiencia de implementación sistemática de dicho modelo en los bloques teóricos de la asignatura Enfermería del Adulto y Anciano durante el primer cuatrimestre del año 2025, en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE).

El diseño metodológico combinó el aula inversa con el uso intensivo del Campus Virtual Medicina (CVM), promoviendo un abordaje anticipado de los contenidos por parte de los estudiantes mediante la disponibilidad semanal de guías de lectura, videos educativos, cuestionarios y foros. Cada unidad temática contó con una dupla docente responsable, que se encargó de planificar, moderar y retroalimentar las actividades antes, durante y después de la clase presencial. Entre los temas abordados se destacan: determinantes sociales de la salud, atención domiciliaria, valoración funcional, impacto de la hospitalización, alteraciones del medio interno y enfermedades crónicas frecuentes en adultos y personas mayores.

Durante las clases presenciales se favoreció la discusión crítica, la resolución de casos, el análisis grupal y la relación entre conceptos teóricos y situaciones clínicas reales, consolidando un enfoque de aprendizaje activo. Esta metodología permitió resignificar el espacio áulico, transformándolo en un ámbito de aplicación reflexiva del conocimiento previamente trabajado. Asimismo, facilitó la construcción progresiva de competencias clínicas y el desarrollo de habilidades como la toma de decisiones, el juicio clínico y la gestión del cuidado.

Desde el punto de vista teórico, la propuesta se apoya en el constructivismo social de Vygotsky, el aprendizaje experiencial de Kolb y los fundamentos del modelo flipped classroom de Lage, Platt y Treglia, que entienden la clase no como un espacio de transmisión unidireccional, sino como un entorno colaborativo de análisis, producción y resolución de problemas. Además, el uso de TIC funcionó no solo como un medio logístico, sino como un entorno cognitivo donde se potencian la autonomía, la reflexión y la metacognición.

Los resultados evidencian una mayor participación estudiantil, mejor preparación teórica, fortalecimiento del vínculo pedagógico y más tiempo en clase para la aplicación práctica. La experiencia sugiere que el aula inversa, cuando es cuidadosamente diseñada e integrada a la planificación docente, mejora la calidad del aprendizaje y se constituye como una estrategia replicable en asignaturas con alta carga conceptual en contextos de educación en salud.