En el marco de la implementación institucional de la bimodalidad en la Facultad de Ciencias Económicas, la asignatura Sociología de las Organizaciones (5.º año de la Licenciatura en Administración) el equipo docente desarrolló una propuesta pedagógica que articula la enseñanza situada con la modalidad sincrónica y asincrónica. Las prácticas de la asignatura se reorganizaron para promover un aprendizaje activo, contextualizado y colaborativo, centrado en el análisis de organizaciones reales.
El objetivo del trabajo es compartir la experiencia de diseño e implementación de las clases de aplicación en el marco de la bimodalidad, resaltando las dinámicas grupales y colaborativas, el rol docente como tutor, y la integración del estudio de casos como eje estructurante. Durante el cuatrimestre, los equipos de estudiantes trabajaron sobre organizaciones o empresas locales mediante la metodología de estudio de caso, con un abordaje en dos etapas:
ETAPA 1: Análisis del contexto organizacional, el ambiente y el individuo en la organización.
ETAPA 2: Análisis de las relaciones intraorganizacionales.
En ambas etapas se realizó un diagnóstico técnico de la organización seleccionada. La planificación bimodal se estructuró en ciclos semanales:
Semana sincrónica virtual: tutorías grupales personalizadas.
Semana asincrónica: trabajo de campo, visitas a la organización, elaboración de instrumentos (entrevistas, cuestionarios), y entrega de informes.
Clase presencial situada: instancia final de exposición oral, donde cada equipo defendió su informe presentando objetivos, metodología, resultados y conclusiones.
Además, se implementaron dinámicas colaborativas para la construcción conjunta de herramientas de relevamiento y dinámicas en pares para la evaluación cruzada de los diagnósticos, fortaleciendo el pensamiento crítico. Para el proceso de evaluación se utilizaron rúbricas específicas en tres instancias: para el informe escrito, para el acompañamiento en las tutorías (evaluación del proceso), y para la exposición oral final, garantizando así criterios claros, formativos y compartidos con el estudiantado. La propuesta permitió desarrollar habilidades analíticas y comunicacionales, fomentar la autonomía estudiantil y fortalecer el trabajo en equipo. La personalización del acompañamiento docente fue clave para sostener la motivación y el compromiso a lo largo del proceso.
La experiencia evidenció que la bimodalidad, asumida como política institucional, resultó especialmente adecuada para propuestas didácticas centradas en el análisis de casos reales. En particular, permitió articular de manera eficaz las distintas instancias del proceso: las actividades de relevamiento y visitas a organizaciones pudieron desarrollarse con flexibilidad fuera del aula, mientras que las tutorías personalizadas por grupo, realizadas en formato sincrónico virtual, resultaron incluso más efectivas que en el formato presencial tradicional. La presencialidad se reservó para las exposiciones orales y defensas de los trabajos, fortaleciendo el cierre del proceso. En este sentido, para propuestas que requieren un abordaje progresivo, situado y con fuerte interacción entre teoría y práctica, como el estudio de caso, la bimodalidad no solo es viable, sino más provechosa que la enseñanza tradicional.