El presente trabajo comparte una experiencia educativa desarrollada en la asignatura Didáctica 2 del Profesorado y Licenciatura en Ciencias de la Educación de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE)
El objetivo central de este trabajo es reflexionar sobre las potencialidades de una propuesta didáctica bimodal y analizar cómo impacta en la formación de futuros docentes. En este sentido, se indaga cómo la articulación entre lo presencial situado y lo virtual mediado por tecnologías favorece el desarrollo de aprendizajes habilitando una continuidad pedagógica y nuevas formas de enseñar y aprender didáctica.
Metodológicamente, el abordaje es cualitativo, retrospectivo y reflexivo de la metaevaluación de los aprendizajes. Se recurre a la revisión bibliográfica y al análisis de registros producidos durante el desarrollo de la asignatura en 2025. Como ser, las actividades de aprendizaje en el aula virtual, cuadernos de campo del equipo docente y rendimiento académico de las y los estudiantes. Se asume el enfoque de la “reflexión sobre la acción” (Schön, 1983) para analizar nuestras prácticas, visibilizar sentidos construidos y abrir nuevas posibilidades de intervención.
La combinación de modalidades para la enseñanza de la asignatura posibilitó diferentes instancias de actividades significativas: una de ellas fue la planificación de microclases a cargo de los estudiantes donde en grupo las diseñaron y pusieron en juego sus ideas frente al resto, tanto en la presencialidad situada como a través de encuentros sincrónicos por Zoom. Como así también las visitas a diferentes espacios educativos con el fin de recolectar información para realizar un análisis didáctico, en el cual se combinó tiempos asincrónicos, en los que cada grupo fue avanzando y sistematización de su recorrido, donde las guías y orientaciones acompañaron a través del aula virtual.
Como trabajo final, se propuso la confección de infografías para sistematizar dichas experiencias, la decisión buscó ofrecer una forma distinta de presentar lo aprendido, que permitiera sintetizar los aportes teóricos y empíricos. Esta instancia, al igual que en las microclases se diseñaron como una forma de evaluación auténtica (Brown, 2015), al enfrentarse a tareas propias del rol docente, integrando también la coevaluación entre pares como forma de reflexión crítica y colaborativa.
Los y las estudiantes manifiestan que la combinación de clases presenciales situadas y sincrónicas con el trabajo asincrónico en el aula virtual, favorecen la autogestión del aprendizaje, el desarrollo de la autonomía y una mejor organización del tiempo. Asimismo destacan la importancia de sostener instancias presenciales como espacios clave para el encuentro y el intercambio. Destacan la planificación y puesta en práctica de microclases y las experiencias de coevaluación, como oportunidades concretas para asumir el rol docente, mejorar la enseñanza y reflexionar colectivamente.
En conclusión, enseñar Didáctica en la bimodalidad requiere pensar propuestas que dialoguen con las condiciones institucionales, tecnológicas y pedagógicas del presente. Mostrando que es posible construir escenarios formativos significativos y coherentes con las demandas del campo educativo, cuando se articulan intencionalidad didáctica, reflexión y compromiso con la formación.