La experiencia desarrollada en el espacio de ingreso a la carrera de Diseño Gráfico de la Universidad Nacional del Nordeste durante 2025 marcó un cambio sustancial tanto en lo pedagógico como en lo institucional. Este espacio, históricamente presencial, constituye el primer tramo académico que deben aprobar los estudiantes para formalizar su ingreso a la carrera. Sin embargo, frente al contexto crítico de las universidades públicas argentinas y las restricciones presupuestarias que afectaron el desarrollo normal de los cursos, se propuso una transformación estructural del formato de cursado, asumiendo un modelo educativo innovador.
Se adoptó el modelo MOOC (Massive Open Online Courses), una alternativa pedagógica contemporánea centrada en el aprendizaje en línea, autogestionado y accesible. Esta modalidad permitió implementar un curso estructurado en 8 días de trabajo asincrónico —en el cual cada estudiante administraba su ritmo de aprendizaje— seguido de tres jornadas presenciales intensivas de cierre. A lo largo del tramo virtual, se presentaron actividades teóricas y prácticas con una dificultad creciente. Desde la primera consigna hasta las últimas entregas, el curso se pensó como un proceso integrado que permitiera comprender la lógica proyectual desde una perspectiva secuencial, reflexiva y adaptada al uso de tecnologías digitales.
Durante la última etapa presencial, el énfasis estuvo puesto en la presentación de carpetas digitales que sistematizaban lo trabajado, y en exposiciones orales por comisiones, en las que los ingresantes reflexionaron sobre el recorrido realizado. Este enfoque mixto permitió sostener el rigor académico del espacio, al tiempo que habilitó nuevas formas de aprender, enseñar y evaluar en entornos virtuales, promoviendo la autonomía y el compromiso desde el inicio de la formación en diseño.
Más allá del aprovechamiento de plataformas y recursos digitales, el verdadero valor de esta experiencia radica en cómo el uso de tecnologías colaboró en desarrollar habilidades de planificación, síntesis, autoevaluación y expresión crítica. A su vez, se fortaleció el sentido de comunidad mediante foros, intercambios y el momento presencial de cierre, resignificando el rol de la tecnología no como fin, sino como herramienta pedagógica al servicio del pensamiento proyectual.
Esta experiencia demuestra que la incorporación estratégica de modelos MOOC en disciplinas proyectuales no sólo es posible, sino deseable, especialmente en contextos donde la universidad pública debe responder con creatividad y compromiso a los desafíos que la atraviesan.