Reflexiones sobre el uso de simuladores en la enseñanza de semiología veterinaria: el bienestar animal como horizonte ético de la innovación pedagógica

Eje 8 - Reflexiones en torno a la educación con tecnologías en las Ciencias de la Salud.

Julian De La Torre (julianh83@yahoo.com.ar)
Cintia Sieben (cyntya888@hotmail.com)
Viviana Edith De Palma (vivianadepal@gmail.com)

Cátedra de Semiología y Propedéutica, Facultad de Ciencias Veterinarias - Universidad Nacional de La Plata

Exposicion oral

Introducción: En el contexto de la enseñanza de la semiología veterinaria, marcada históricamente por la utilización de animales vivos en el desarrollo de competencias diagnósticas, emergen nuevas preguntas éticas y pedagógicas frente a los avances tecnológicos. Este trabajo se propone una reflexión crítica sobre el potencial transformador de los simuladores, reconociéndolos no sólo como instrumentos técnicos sino como mediadores simbólicos que interpelan la relación entre saber, poder y cuidado en la formación profesional veterinaria.

Objetivos: El propósito central es explorar cómo la incorporación de simuladores puede fomentar prácticas educativas más respetuosas del bienestar animal. Se busca posicionar esta innovación tecnológica desde una pedagogía integrativa y crítica, promoviendo una educación veterinaria que articule excelencia técnica con compromiso ético y sensibilidad social.

Desarrollo: El trabajo dialoga con el pensamiento complejo (Morin) y la pedagogía crítica freireana para repensar el uso de tecnologías en la educación superior. A partir del análisis de diversas experiencias latinoamericanas, se examina cómo los simuladores virtuales y mecatrónicos posibilitan entornos de aprendizaje que reducen la exposición de animales vivos y generan condiciones formativas orientadas al respeto por la vida. Estas experiencias dan lugar a comunidades de práctica ética, que transforman no sólo las estrategias didácticas sino también las subjetividades estudiantiles.

Resultados: Los casos analizados evidencian reducciones significativas en el uso de animales, mejoras en el bienestar de los pacientes y estudiantes, y la activación de procesos reflexivos en torno a la responsabilidad moral del futuro profesional veterinario. Se advierten además paradojas inherentes al uso de simuladores, como el riesgo de generar una ilusión de dominio que desplace el encuentro real con la alteridad animal. El abordaje pedagógico debe, entonces, superar un enfoque instrumental para favorecer una formación integral.

Conclusión: Los simuladores constituyen una oportunidad para avanzar hacia una educación liberadora interespecies que reconozca al animal como sujeto de consideración moral. Esta transformación requiere una pedagogía integrativa que combine tecnologías de simulación con experiencias situadas, permitiendo el desarrollo de competencias técnicas y sensibilidad ética. El bienestar animal debe figurar como horizonte valorativo que legitime la innovación educativa en contextos clínicos sensibles.