La transformación de la educación universitaria en los últimos años, especialmente a raíz de la pandemia, puso en evidencia la necesidad de revisar y actualizar las prácticas pedagógicas tradicionales. En la UTN Facultad Regional Resistencia, uno de los principales desafíos ha sido la escasa oferta de asignaturas en modalidades no presenciales, lo que limita las posibilidades de adaptación a los modelos híbridos y virtuales que actualmente cobran creciente relevancia en el sistema de educación superior.
Este trabajo presenta la experiencia de incorporación progresiva de la virtualidad en la asignatura Ingeniería y Sociedad, perteneciente a la carrera de Ingeniería en Sistemas de Información. Desde 2010, los docentes comenzaron un proceso de formación en entornos como Moodle, sentando las bases para una transición pedagógica que se consolidó durante la pandemia. Esta coyuntura impulsó la adopción de entornos sincrónicos y asincrónicos, promoviendo la continuidad pedagógica y reorganizando las estrategias de enseñanza bajo un enfoque centrado en el estudiante y basado en competencias.
Se incorporaron recursos digitales como charlas TED, podcasts, documentales, gamificación y materiales interactivos para favorecer la participación activa, la reflexión crítica y el desarrollo de habilidades comunicativas y tecnológicas. El objetivo no fue sustituir la presencialidad, sino complementarla mediante el uso significativo de tecnologías de la información y la comunicación (TIC), privilegiando propuestas didácticas más flexibles y formas de evaluación acordes al nuevo entorno: foros de debate, trabajos colaborativos, controles de lectura, análisis de casos y clases por videoconferencia.
Entre los principales resultados, se observó una mejora en la participación estudiantil y un fortalecimiento de competencias clave como la autonomía, la gestión del tiempo, la búsqueda de información y la colaboración en línea. Asimismo, los docentes ampliaron sus capacidades para planificar, organizar y evaluar en contextos virtuales, lo que permitió generar entornos de enseñanza más inclusivos y adaptados a los distintos ritmos de aprendizaje.
La experiencia demuestra que la incorporación de la virtualidad en carreras de ingeniería constituye no solo un desafío a las prácticas docentes tradicionales, sino también una oportunidad para innovar en la enseñanza y ampliar el acceso a propuestas de formación más abiertas y contextualizadas. Para su sostenibilidad, se requiere acompañamiento institucional, formación docente continua y una concepción de la virtualización como una dimensión estructural de la educación universitaria del siglo XXI.